Hay días en los que no te entiendo, pareces una persona diferente a la que creo conocer. Me sorprende, de veras. No concibo como una persona puede tener tantos altibajos. De verdad que no lo entiendo.
Esa gente que pasa por la vida sólo observando y sin ser partícipes de ella, ¿qué les pasa en su vida? Lo verdaderamente importante no es el recipiente, sino con qué o con quién lo estás llenando. La vida en sí misma es una continua prueba en la que vamos compitiendo. Hay veces en las que se gana, otras en las que pierdes, pero participas en todas ellas y te llevas una experiencia de las mismas.
Pues hay 
gente que se empeña en no ver esto. Hay gente que en vez de disfrutar de estas pruebas, se llena de dudas, y al llenarse de esas dudas, no participa y por consiguiente, no vive plenamente. Se quedan en lo que ellos llaman su «zona de confort», un sitio del que no salen a no ser que las pruebas se adecuen a sus necesidades y vean que son capaces de superarlas.
Me niego a que sea así, para vivir hay que sufrir, no en el estricto sentido de la palabra, pero sí enfrentarse a esas pruebas. La comodidad nos puede hacer ver otra realidad, una realidad que se ha formado a partir de una serie de circunstancias totalmente edulcoradas. La vida, como he dicho, no se ajusta a esa realidad ficticia.
La verdadera realidad es la que nos saca de esa «zona de confort» y nos pone a prueba con cada momento. No hay dos iguales, por lo tanto, no hay dos respuestas iguales. Si eres decidido y tienes tus ideas claras, te enfrentas a ello con seguridad. Si eres conformista, la respuesta a esa prueba no cumplirá tus expectativas. La pregunta es: ¿tú de qué parte estás?
Tu actitud y tu mentalidad son las que te van a llevar a vivir de una manera u otra. La vida merece ser vivida, tienes que vivir para compartir, tienes que compartir para formar parte de algo muy grande, y para formar parte de ese «algo», tienes que saber que es lo que pasa en tu vida.
A tinta y pluma 
Le doy a «me gusta» y me dice «Comment on this post?» y yo ¡pues claro! Olé, olé y olé. Lo tuyo ha sido un pensat i fet de toda las de la ley. Me has sorprendido gratamente porque de una conversación has sacado esta maravilla de realidad de una persona (y me atrevería a decir de muchas otras más). Me a gustado la parte de «lo verdaderamente importante no es el recipiente, sino con qué o con quién lo estás llenando» porque ese recipiente es tu vida y no hay nada más importante que vivirla y darle color de plenitud en todos los sentidos. ¡Vivir! que no es poco pero es tanto y tan grande. ¿Por qué a la gente se le van las ganas de vivir, por qué se pierde la ilusión, por qué ya no vibran? Sé que la vida tiene momentos duros pero incluso en ellos, si vas por buen camino, hay una llama interior que te lanza a buscar esa luz que pide vivir intensamente la realidad, tu realidad. En fin, espero que tu entrada despierte la conciencia, la vida de esa persona y de otras tantas.
Se nota que comentas de corazón y eso lo agradezco mucho a la vez que lo valoro aún más. El camino es duro, lleno de pruebas y obstáculos, pero llegaré a esa luz que tanto brilla. Una vez más, gracias.
Me encanta como escribes, tienes toda la razón. Aunque yo creo que soy una veleta entre un tipo de personas y otras… (Soy Leti)
Un nuevo blog a la vista no? Me pasaré a leerte siempre que pueda. Gracias por los comentarios 🙂
Sí, ya sabes que gusta este mundo, espero que estaba vez sea duradero… yo también me paso por el tuyo. De nada 🙂